Maremágnum
Mario Vargasuárez
¿Qué sigue…?
 
El malestar no es nada más local por el asesinato del alcalde Carlos Manzo Rodríguez de Uruapan, Michoacán, Mex. El malestar no se simplifica al municipio ni al estado o la región. 
El malestar es generalizado a todo México y con sorpresa nos enteramos que varios países han manifestado su indignación de tal forma que ya nos etiquetaron como un país inseguro, de tal forma que otra vez, los vecinos del norte nuevamente ofrecen el apoyo militar para combatir a los grupos delincuenciales de este lado de la frontera.
La gente de Uruapan insiste en que el gobierno de Michoacán y el de la República, los han dejado solos, los abandonaron de tal forma que el mismo alcalde Carlos Manzo, en no pocas ocasiones se enfrentó a los delincuentes.
La versión de que fueron siete disparos contra el alcalde de Uruapan avala las declaraciones de los habitantes de Uruapan que, desde luego, contradicen a muy altos funcionarios de Seguridad Pública Federal y a la misma presidente, Claudia Sheinbaum, quienes insisten se ha brindado ayuda.
Los testigos presenciales aseguran que fueron dos los gatilleros y que a uno de ellos lo abatieron en el lugar de los hechos… Los hechos hablan por sí mismo, si el asesinado hubiera tenido protección del estado o federal ¿hubieran permitido los siete disparos? Y porqué solo mataron a uno y no a los dos.
Por otro lado, se insiste en el desconocimiento de la identidad del asesino abatido, aunque se asegura del lugar donde se hospedó, la hora en que salió para cometer el crimen… Pero del otro sujeto… nada.
Los videos de las entrevistas son prueba de que Carlos Manzo, declaró en varias ocasiones que en su gobierno se iban abatir a los delincuentes en cuanto intentaran hacer daño a la gente.
Carlos Manzo aceptaba que la CUATROTE tiene buenos programas, pero en el renglón de Seguridad Pública la gente los reprueba, estamos en un Estado Fallido hasta con narcopolíticos.
Al funeral del alcalde abatido en plena plaza principal de Uruapan, llegó el gobernador Ramírez Bedolla, aunque antes de entrar a la establecimiento fue recibido entre gritos, reclamos e indignación ciudadana “¡Asesino!... ¡Fuera!... ¡Lárgate!... ¡Vienes a ver tu obra!...”, gritan a Alfredo Ramírez Bedolla.
La sola llegada de la primera autoridad del estado a la funeraria donde se velaba el cuerpo de la víctima del crimen organizado, provocó un ambiente tenso que obligó de inmediato al gobernador michoacano a retirarse rápidamente del sitio, escoltado por su fuerte equipo de seguridad.
La intención del mandatario del Estado de Michoacán, era con el propósito expresar sus condolencias a la familia del edil. Sin embargo, la reacción popular reflejó el malestar social y la indignación por la violencia que persiste en la región.
Una de las cosas que admitía este hombre de apenas 40 años de edad, es su temor a formar parte de las estadísticas nacionales de alcaldes asesinados. Carlos Manzo convocó al pueblo de Uruapan a tomar las armas y perseguir a los delincuentes si las fuerzas estatales y nacionales los siguen dejando solos.
La pregunta, título de este espacio es clara: ¿Qué sigue? Porque a pregunta expresa al presidente municipal hace unos meses sobre su posible asesinato él mismo dijo “Mi muerte con violencia sería como soltar al tigre”.
En el ámbito internacional mucho se habla de este marrullero crimen, incluso en las redes sociales del territorio nacional se están convocando a declarar a México como un país inseguro, comparable con una guerra civil o tal vez como si ‘nos estuvieran invadiendo’.